27.7.09

Hay que Desped/irse.


Y si pudiera coger mi gabardina, andaría un par de kilómetros o tres arrastrando mi baúl, protegida con un gorro y un paraguas por si el cielo notase mi ausencia y rompiese a llorar.
Y en la estación del tren compraría el billete al lugar más lejano que encontrase, para evitar prisas, y para poder leer con calma mi libro.
Y, si puede ser, que salga tarde, porque tengo que esperarte, por si te das cuenta de que el cielo llora y al preguntarle te dice que me marcho.
Por la poquita fe que me queda, y porque es más fácil irse cuando tienes el corazón recien roto. Que las heridas en caliente no se sienten tanto, pero en frío...en frío duele tanto dejarlo todo..Que me quedaría congelada esperando a que me quisieras de verdad, cubierta en lágrimas y hojas secas, en aire frío y soledad.
Pero en caliente, en caliente no llegas, y yo lloro, y puedo entrar en cualquier tren, en cualquier vida, sabiendo que allí ya no me quedaba nada, porque tú ya te habías ido, al menos, lejos del roce de mi piel.

9.7.09

De noche. De la vida entera.

No me gusta que el mundo pare aquí, con las historias a medio escribir. Me gustan los desenlaces abiertos, pero odio los nudos abiertos.
No me gusta que el mundo gire pasando dos veces por el mismo sitio. Odio perderme, y si doy muchas vueltas me mareo. Y acabaré vomitando lo peor de mi.. No sé si lágrimas, silencio amargo, una carrera o..simple olvido. Todas son horribles.
Me gusta la carretera, recta e infinita. El horizonte sereno. Las puestas de sol en el esfalto, y en el mar. La calma, lo etéreo.


Me gusta que el viento me toque la piel, que me haga estremecer su roce como el de una caricia. Me gusta que sea suave.
Me gusta contradecirme en cosas vanales. Pero la sencillez, la claridad en lo humano.
¿Sabes? La vida es ya demasiado compleja. Me gusta hacerlo fácil.

Me gusta que la vida siga. Horizontal en su camino. No quiero girar, no me gusta marearme. No quiero ascender rápido, me da vértigo la altura de lo bello, de lo mágico, de lo mejor.

Me da miedo la vida, porque no tiene mapa.

Me gusta desaparecer, para ver desde dentro. Con tus ojos vidriosos y tu sonrisa incandescente. Más blanca cuanto más mira, cuando se le sale el alma entre los dientes.
Me gustaría ser quien te echa del cuerpo el alma. Para entonces salir y llevarla hasta mi. Entrar en mi cuerpo, con ella, y sabértelo ya todo.

Y entonces, no tendría que girar, sino abrazarte, y que gire todo lo demás. Y volvernos etereos. Y que sea eterno, como el aire.

¿Y...si encuentro a alguien tan inasible? Puro aire, hecho de suspiros. que hipnotice como el humo, y sólo con cariño se deje agarrar, y arrastrar, muy pocos metros. Para quedarse con ganas de más. Para no acabar nunca...para ser siempre.
¿Y si lo encontrase..? Tal vez ya..no supiese qué hacer con él, sino..soplar susurros. Silencio perfecto y sonrisa idiota.
Tal vez, eso fuese lo mas estúpido.


Empieza a ser la hora de dormir...

5.7.09

Pongamos que hablo...de Madrid.

Voces tranquilas y calmadas con sonrisas que solas fueron creciendo hasta convertirse en risa.

Miradas que analizaban, conocían o reconocían dependiendo del momento. Miradas que se sonreían o escuchaban con atención.

Algún silencio que otro, que..tan solo podía preguntarse si era cómodo o incómodo, o qué pasaría si hubiese mucho silencio más. Silencio que se escapaba en miradas difusas a cuanto rodeaba la escena, en una sonrisa, o un gesto para quitarse el molesto sol de la vista, antes de poder ser cómodo o incómodo, simple silencio.


Sonrisas mirando al suelo. Sonrisas que decían por si solas que era feliz, que no esperaba aquello, que estaba a gusto. Sonrisas porque el aire olía bien, a compañía inmejorable y a Madrid, a actividad desbordante. Olía a futuro, tal vez muy diferente, pero a futuro.


Por aquí han pasado..