1.12.12

Ost.

Esa ducha que pretende ser más un rato de relax que un acto de higiene. El volumen bien alto para disfrutar del Echoes de Pink Floyd.
El último cigarrillo antes de acostarse, con la luz de una única vela que hace funcionar el quemador de aceite iluminando la habitación. Sonando la imprescindible Kashmir de Led Zeppelin y el pijama ya enfundado.


30 minutos al día que equivalen a la felicidad más absoluta.

Por aquí han pasado..