23.2.09

En picado..

Una de esas veces en que despiertas, despiertas en tu nube de algodón, flotando por el cielo, como si la gravedad se hubiese marchado sin dejar rastro. Y al levantarte, pierdes el equilibrio, algo falla, parece que las nubes no llevan motor, pero tú empiezas a caer y caer. Se nota el aire rozando con violencia la piel, cuesta mantenerse sin perder la cordura, el suelo se acerca con estrepitósa velocidad, más de la que el cerebro puede asimilar.

Es justo entonces cuando debería acabar el capitulo, aparece el ''continuará''..

Y te quedas con esa horrible sensación de estar cayendo en picado, impotente, sin saber cómo parar...

19.2.09

Porcelana...


No tengo nada nuevo, por esa asquerosa salud mía de porcelana, así que, no tengo más remedio que ir colgando algún que otro fragmento.



Él estaba en su bar de siempre. Ambiente de los ochenta, viejas baladas del mejor rock creado, olor a tabaco y espesas cortinas de humo, con luces tenues de cierto tono amarillento. Ventanas circulares de cristal tintado. Ningún lujo.

Ella calle abajo por la acera de enfrente, justo en el momento en que él miró a través del cristal. Incluso el tiempo parecía estar acorde con su ánimo, llovía.

Le duele algo y no sabe qué es, casi se le hace complicado respirar. Imagina en su cabeza una pieza de su vajilla de porcelana cayendo contra el suelo. Se hace añicos, y se siente estúpido pensando en esa imagen, sin embargo no es el único que ha sentido esa forma de quebrarse algo por dentro.


8.2.09

De medias tintas.

Me parece surrealista tu seguridad. Yo no quiero un puente de acero y hormigón mientras tú te quedas a verme pasar desde el río.
No hagas más puentes, quiero una barca, una para dos. Que a veces nos arrastre la corriente, y nos salpique el agua.
Sabes que puedo adorar la lluvia. Sólo me hace falta compartirla.

2.2.09

Diciembre de casualidad.

Casualidad encontrar aquellos viejos peluches de cuando era niña. Escuchar la canción que me hacía saltar de la cama y correr hacia el televisor en un bar que no frecuento. Que un viejo amigo me devuelva una agenda con dedicatorias que ni recordaba tener. Casualidad ver a aquel compañero de clase cruzando la calle y me mirase como si le sonara de algo. Encontrarme con poemas que escribí hace años mientras hacía limpieza. Descubrir que no eres la única a quien algo le parece absolutamente genial. Encontrar café hecho. Un beso de buenas noches en la frente cuando no podías conciliar el sueño. Un estúpido buen plan por que alguien soltó la chorrada de turno.
Sonríes.
¿Fue casualidad? Si, pero también podemos llamarlo maravilloso.
¿Fue Diciembre? Claro, sólo que este diciembre empezó bastante antes.

Por aquí han pasado..