15.5.15

Detrás de ti.

A veces vuelves a notar como, de nuevo, coloca sobre tu hombro su mano fría, con una firmeza difícil de eludir.
Y miras atrás, inclemente, tratas de intimidar a tu propio miedo. Pero el silencio ya se ha quebrado, y en sus grietas aguarda todo lo que fuiste. Su mirada es triste, pero dulce, y de nuevo lo abrazas.
El resto del mundo desaparece tras las lágrimas, y en tu cabeza repites una y otra vez que no será por mucho tiempo, que esta vez, has venido para despedirte.
Pero el perro negro siempre estará ahí, aún cuando pareces olvidar que existe.

Por aquí han pasado..