Aún a veces me gustaría tocarte el hombro, y decirte alegre que he visto el último capítulo, y que todo me va bien. Aún quisiera que me digas que tú también y que no tienes de qué quejarte.
Pero no puedo tocarte el hombro y se que así es mejor.
Lo peor es el sentimiento de abandono que me guardé en el bolsillo, que aparece cuando saco algo que teníamos los dos.
Pero se que así es mejor.
Aún creo que ya no miramos atrás, que vemos capítulos nuevos.
Aún intento convencerme de que así es mejor.
Y así, es mejor.
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