Tengo nublada la mente.
Como cuando te acurrucas bajo las mantas y tratas de olvidarte de todo lo que queda al otro lado.
Así esta ella. Así estoy yo.
Sabiendo que tengo que salir algún día de la cama. Se me vuelve a olvidar.
Pero no se olvida el miedo a lo que puedo encontrarme al salir. Miedo a que el aire me roce y después no me deje respirar. A acostumbrarme a lo de fuera y perder lo que había convertido en mi refugio.
Miedo a tener que volver a plantearme estas mismas lineas en un futuro.
(Esta vez no escribo en un momento de bajón).
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