23.11.14

Ansiedad.

De repente me doy cuenta de que empiezo a respirar más fuerte de lo normal con la sensación de que el aire no llega a mis pulmones. Escucho el eco de mis latidos y siento un ligero hormigueo en las manos. En cuestión de segundos siento que me ahogo viéndome incapaz de controlar la forma en la que tiembla mi cuerpo.
Necesito respirar, rezo por caer inconsciente en ese momento y que vuelva la calma. De pronto no soy capaz de hablar, nada tiene sentido dentro de mi cabeza y lo único que quiero hacer es vomitar. El corazón late cada vez más rápido y con más fuerza. 
Impotente y confusa, con las ganas de gritar acumuladas en el estómago, no puedo evitar llorar.

Algo me dice basta.
Quiero dormir. Tengo arcadas. Me duele el pecho. Necesito que esto termine.
Toc.
Toc.
Toc.
Toc.
Toc.

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