Vuelta atrás en el tiempo. Huyo de los borradores, de las notas. Vuelvo a los malabares de palabras, a los sueños en papel, a tener demasiada pereza como para empezar a escribir y la necesidad suficiente para vencer a ese pequeño demonio que me atormenta. A los pecados de mentira para burlarme de las trampas de la vida.
Queriendo querer, riéndole al viento, pisando el frío hielo que ni Sol ni corazón pudieron derretir.
Sin tapujos ni prudencia. Visceral y genial, que además rima.
No me voy a comer el mundo, ni quiero, vaya empacho de porquería, pero sí que le voy a dar unos cuantos lametazos, que lo que no mata, engorda.
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