A veces pierdes toda esperanza en luchar por un sueño. Piensas que nunca vas a conseguirlo. ¿Pero quieres hacerlo? Quizá lo dejes tirado, como a todos tus juguetes cuando los consigues. Y creo que eso sería lo más triste.
Piensas durante toda tu vida en eso, en lo que más deseas. Eso es lo que crees que es lo único que te haría feliz, lo que te salvase si todo se hundiera a tu alrededor.
Sin embargo lo has conseguido, nada se hunde. No puedes comprobar si es eso lo que de verdad necesitabas, y lo dejas tirado. Quizá pasa el tiempo, y ese peluche que tanto te gustaba ha perdido un ojo, y está rasgado. Además, lo tienes tan visto que no vas a molestarte en recogerlo de ese rincón, ni siquiera vas a quitarle el polvo, y eso que bastaba un soplido.
Y ese sueño, sea lo que sea, ahora ni siquiera te importa. Lo diré claro y con mis palabras: eso ya te importa una hez, una mierda.
Sigues tu vida, pensando en todos los sueños que quisieras ahora cumplir, en todo lo que quieres, y en solamente eso que te bastaría para ser plenamente feliz.
Y además ahora se hunde todo.
Si no has cambiado, y ojala nadie lo hiciese, necesitarás un abrazo. Y tal vez, por miles que recibas, el único que podría hacerte romper a llorar, es el de aquel peluche polvoriento que sigue tirado en el rincón, esperando como un gilipollas a que tú necesites un hombro en el que llorar. Necesitas llorar.
Ahora dime, ¿Qué es lo que necesitas para ser feliz?
¿Lo sabes?
1 comentario:
Soma.
Publicar un comentario